Descripción
El poder del dinero acojona. No hay más Dios que ese. En su sagrado nombre, la monarquía y la aristocracia hicieron su agosto. Me pregunto a veces cómo es posible que la gente conserve tan tenazmente su fe en la religión capitalista. Porque es claro que si la gente dejara de tener fe en el crédito y dejara de vivir a crédito, el capitalismo se derrumbaría inmediatamente.